Vuelvo del supermercado agotada con cuatro mil bolsas entre
las manos. Entro a la cocina y ahí está él con su estúpido vaso de vino y con
ese cigarro en la boca. Miro al suelo, no quiero ni saludarle, maldito engendro
de mierda, ojalá mueras.
-Tú, golfa, ¿por qué has tardado tanto? ¿Me has traído el
vino que te pedí? No querrás que te rompa esa asquerosa cara.
-Sí, están por estas bolsas…
-¡Llévala a la sala!
Cálmate Isabel, respira hondo, no pasa nada, guarda las
cosas poquito a poco en la nevera, como si nada… Cuanto tarda Jacinto, este
niño de verdad, me lleva por el valle de la amargura. Voy a preparar la comida
que son las dos y si no este hombre se va a enfadar y no quiero escucharle.
-ISABEL, QUÉ MIERDAS ESTÁS HACIENDO, DÓNDE ESTÁ MI VINO. TRÁELO.
¡Se me había olvidado, mierda!
Corro como una gata en celo hasta la sala, cuando de repente
resbalo por culpa de esa alfombra mal pegada. Por mi desgracia se rompe la
botella de vino y mis rodillas quedan machacadas por los diminutos cristales
que vagan por el suelo. No voy a llorar, soy una mujer fuerte, responsable,
hermosa.
Tendré que ir a por el trapo, la fregona…
-PERO, ¡¿qué has hecho pedazo de mierda?!
Me empieza a pegar como si fuese un saco de arena.
-Para por favor, me estás haciendo daño…
-Sigue hablando puta, sigue hablando. Solamente te estoy
enseñando la lección.
Qué ganas de coger el trozo de cristal y arrancarle la
polla.
-HIJA DE PUTA. ME HAS CORTADO LA PIERNA… Te vas a enterar…
Voy galopando hacia mi habitación. Por favor que venga
Jacinto ya, le necesito aquí.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡ABRE LA PUTA PUERTA!!!!!!!!!!
Oigo el sonido de la puerta.
Espero que sea Jacinto. Tras la puerta escucho la
conversación.
-¿Qué pasa papá?
-Tu hermana que está tonta, ha tirado la botella de vino al
suelo y mira lo que me ha hecho en la pierna. Está loca, no aprenderá nunca,
estoy harto, a ver cuando encuentra marido y se va de esta puta casa, yo ya no
puedo hacer más, estoy hasta las pelotas…n…te….pu…
Mi padre se va alejando, mi hermano pequeño entra en la
habitación y como siempre entra en el armario conmigo.
-Isabel no tardaré en recaudar todo el dinero, aguanta un
poco más, lo siento de verdad. Perdóname.
Jacinto, corazón, no es tu culpa, es la mía, soy una pésima
mujer, la peor… Mamá no supo enseñarme. Gracias por abrazarme, perdona que no
pueda hablar, me duele todo.
-Ven conmigo al baño tata que te voy a curar las heridas.
...
Cinco días después y todo es igual que siempre, excepto mi padre, hoy es el peor día de todos está más borracho que nunca. Voy a seguir fregando como sin nada.
-ISSSSABEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
-¿¡Qué!?
Ais, por favor, que no sea nada.
-¿Qué forma ddddde trrrratar a tu prrrrrrad..padre son estas?
Con el machete en mano empieza a descuartizar mi cuerpo. Grito, pero no me oyen. Le pego, pero mis brazos no pueden. Lloro, pero las lágrimas no borran la sangre, ni el dolor.
Ya no me duele. Ya soy libre. Lo siento Jacinto, siempre te llevaré en mi corazón. OJALÁ TE PUDRAS EN EL INFIERNO CABRÓN.